domingo, 31 de marzo de 2013

SARA


- ¿No recuerdas qué ha pasado?
- Noche tras noche en mi mente, al entrar en mi narcosis, le escucho quejarse amargo. Hacen mal sus feas palabras, ¡dile que se detenga!

La melena enmarañada le llegaba hasta empaparse con el agua, que abundante, rebosaba a borbotones vertiéndose por el piso, de un baño en la planta baja, que casi estaba inundado. Mojadas palmas
y dedos, sus deshidratadas manos, se aferraban fuertemente a los bordes del lavabo manteniéndola inclinada como a ciento treinta grados, esperando el veredicto del reflejo del espejo.

domingo, 10 de marzo de 2013

LA MANSIÓN


Un fuerte olor a muerte va devolviéndole a la realidad, mientras la poca luz dilata unas pupilas que dejan entrever lo que parecen cabezas moviéndose histéricas sobre él. Cuatro grilletes sujetos a cadenas, tensadas por poleas, le apresan de muñecas y tobillos y estiran sus miembros haciendo de su cuerpo una famélica equis a punto de partirse por la mitad.
Varias antorchas proporcionan toda la luz de la estancia mientras, un inexplicable, aterrador y continuo alarido, inunda pasillos, dormitorios, cocina y salones, de aquella lujosa mansión victoriana del siglo XIX.
La sensación es la de que no tiene miembros,
ni los siente ni padece dolor. Noción del tiempo y orientación son conceptos hace tiempo ya olvidados, debido a que su estado de consciencia va y viene sin control. Cree estar boca arriba y sabe que el hedor le terminará matando,