sábado, 19 de enero de 2013

GORKA

Encajonado en aquel sillón clásico estilo bergere con orejeras de color vino tinto, Gorka suda
considerablemente por cada uno de los poros de su piel mientras nota como la camiseta blanca de tirante ancho se le pega poco a poco a su más que orondo cuerpo.Un fuerte olor a amoniaco se mezcla con los treinta y seis grados y el ochenta por ciento de humedad del ambiente hace el resto. Le cuesta respirar y huele mal, a veces ve borroso y nota como el pelo se le pega a la cabeza...

El sudor chorrea por su frente tan abundantemente que las cejas empapadas ya no sirven para nada.
Poco a poco,
las gotas que le secan inundan sus ojos provocándole un intenso escozor incapaz de