sábado, 29 de junio de 2013

TISON

Santiago Pelañez publica con gran éxito su primer libro, Observar es de Humanos.

"El boxeador, Santi Pelañez, publica Observar es de Humanos, una ácida mirada a la sociedad de principios de siglo, en la que analiza las relaciones establecidas entre…

Santi Pelañez  es Santiago, pero todos menos su madre le llaman Tison. Hostia que da familia de luto. Es lo que todos conocemos como una mala bestia, lo mismo le da subir tres pisos de angostas escaleras con un canapé familiar, que pegarse con cuatro o cinco sin apenas hacerse un rasguño. 
Todos en su barrio le conocen desde que, sin apenas levantar dos palmos del suelo ya apuntaba alto, concretamente a la entrepierna. ¡Sí! ¡Efectivamente amigos, a los santos, gordos y orgullosos! Directamente, sin margen de error ni importarle si eras más alto, más guapo, más fuerte, más gordo, más rico, más alfa, más Beta o más Gamma, es tan simple como que..."y el niño cabrón de los Pelañez, que cuando lo coja por banda le
voy a atar las manos a los pies, los pies a un guarda barros y el guarda barros al AVE, Sevilla – Madrid. ¡Pues no que he tenido que coger tres días de baja porque no puedo andar! ¡Ciento cincuenta euros que pierdo por la mierda el niño!" 
Claro que lo que nuestro amigo no cuenta, es que se lo ganó a pulso mientras deslizaba la palma de su mano sobre un billete de diez euros que Nestor había dejado en la barra. 

¡No son fuertes manotazos que impactan con violencia como los que a veces propinan los niños sin querer! ¡No! Por exagerado que parezca, estamos hablando de puñetazos de un puño diseñado para entrar en cualquier rincón, con la fuerza, la precisión, la meditación y la alevosía necesarias para que cuando te golpea, sientas como se te escapa la vida por la boca, tu existencia en un suspiro, la alegría por tus ojos apretados y húmedos, y la verticalidad en lo que tarda un plomo en caer sobre tu tarima, o... sobre tu baldosa, da igual. Certeros ganchos, rápidos crochets, demoledores directos o "uno-dos" que cortan el aire haciéndote testigo horizontal, de cómo sangra tiempo a borbotones, la herida que a la vida le han provocado esas diminutas manos.

Santiago apenas si habla más que con su madre Maruja, su padre Jacob -conocido en el barrio como "El Yeicoh"-, su hermano Nestor -aunque sin entusiasmos exagerados tampoco-, su maestra la señorita Puri, y aquel con quién no le quedaba más remedio, para obtener bienes y serviciosNo se trata de un niño tonto o imposible, ¡qué va! Nadie sabe cómo, pero ya te está pasando el salero antes de que puedas terminar de ejecutar la orden mandada por tu cerebro para que pidas, el salero, cuando la información llega a la neurona, Santi se ha tomado dos zumos multifruta y te lo está ofreciendo sin apenas levantar la cabeza de su plato. 

A sus doce años y medio ya ha ganado dos torneos de ajedrez online a los que se presentaban más de tres mil participantes de diversos lugares. Aunque ningún miembro de su familia lo supiera. Ha ganado el concurso de lectura rápida del colegio los últimos dos años y ha sido tercero y primero, dos consecutivos, en el torneo benéfico de "Deletreo para todos", donde seres de todo credo, raza y condición, se dan cita para mostrar sus dotes contra abuelos octogenarios, madres sabelotodo o niños de once años que terminan ganando a caballeros con boina, perilla y un diario Francés, o chicas con gruesas bufandas, gafas de pasta y carpetas universitarias. 

¿Qué quieres saber donde están las llaves extraviadas? ¡Santiago lo sabe! ¿Si el tío Ataulfo apareció en la última foto de familia y no recuerdas quién estaba a su derecha? ¡pregúntale a Santiago, seguro que lo sabe!. Si el martes de la semana pasada dijo una sola vez, que no jugaba canicas de mercurio por menos de dos de cristal, o un bolón y una pitina, ¡dijo eso literalmente! Así lo afirmo porque, no será la primera vez que se saca de la chistera una grabadora que no duda un solo instante en utilizar, para demostrar que, efectivamente, había dicho aquello que defendía haber dicho.
                                  
En una ocasión, con sólo siete años y mientras El Padre Don Francisco hablaba con su madre, lo soltó un gancho a los huevos, que acabó con el portavoz de la palabra divina encogido en el suelo y jurando en Arameo -todos sabemos que los curas dominan las lenguas muertas-. Lo que nadie supo nunca, es que el chico, justo antes de su golpe directo al "corazón de la Iglesia", escuchó como el susodicho, se insinuaba entre dientes a su madre con la intención de verla en privado en el confesionario ya caída la tarde. 
Un año después, estando en el bar con su padre, hizo que el carnicero besara la lona con un "uno-dos" tan rápido y repentino, que cogió a todos por sorpresa, Emeterio cayendo incluido. Aquel episodio le supuso un duro e injusto castigo ya que, lo que nadie supo nunca, era que la serie fue propinada al escuchar como "Eme", amenazaba a su padre, fue escuchar: "…o cojo a tu mujer y me la cobro en carne…", y, ¡"un-dos" a la entrepierna! Emeterio al suelo echando pestes por la boca. Aceptó el castigo y no dijo nada con tal de mantener en secreto por qué actuaba así y es que nadie parecía darse cuenta de estos detalles que, para él, no pasaban inadvertidos.

En la sala de profesores a veces se escuchan sonoras carcajadas provocadas por algún maestro contando al interino de turno cómo en una ocasión, estando en clase de gimnasia y jugando a balón prisionero, propinó tal balonazo en la cara al señor Gerardo, que le partió el tabique nasal con una pelota de goma, goma dura, pero goma al fin y al cabo. El escándalo fue tal, que hubo vecinos que empezaron a decir que Santi acabaría mal, haciendo daño a alguien, o en la cárcel, en el mejor de los casos.

Agobiados, los padres de Santi no sabían muy bien qué hacer con su hijo, cuando no venía con un matojo de largos pelos morenos de su hermano Nestor enredados, era una carta del colegio amenazando con denunciarlo si no había un cambio radical en su actitud. Ante semejante panorama e impotentes, los padres no tuvieron más remedio que gastar los ahorros de la familia en llevarlo a un psicólogo con la esperanza de que les diera una solución a tan tremendo problema, a ser posible, en una sola sesión.

Sólo en conseguir que Tison se calmara y dejara de andar nervioso tocando lo que estaba a su alcance en la consulta de la Dra. Narváez, psicóloga infantil licenciada y "re…masterizada", fueron diez minutos.

"Menos diez, treinta y cinco" pensaba Jacob, mientras, con tono de falsa paciencia y "a grito pelao" a oídos de cualquiera, Maruja, trataba de calmar a un Santiago que ya tenía en sus manos el trofeo que acreditaba a Susana Narváez como campeona estatal del concurso de debate de su universidad y se disponía a "partirle la cara" por, en su opinión de, humano sobre busto, mirarle "malamente". 

- ¡¡ BASTA YA!! -Retumbó en la consulta, dejando momentáneamente sorda a Maruja -cuyo oído estaba circunstancialmente a pocos centímetros del origen del estruendo-, temblando a Jacob y paralizado a Santiago. Con solo la voz calmada a juzgar por el temblor de sus manos...

- Maruja, Jacob, ¿serían tan amables de salir y dejarnos a Santiag…
- ¡Tison! –gritó Santiago.
- …a Tison y a mí solos?
- ¡Yo no dejo a mi Santi solo aquí, pobrecito y si se asusta y no sabe defenderse!
- ¡Maruja, haz el favor! que el niño se va solo a la plaza y día si día no trae sangre en la ropa.

Tison empezaba a supurar nervios, se estaba impacientando.

- Les pido encarecidamente que salgan de la consulta para que pueda hablar con su hijo, les recuerdo que ya han pasado quince minutos.
- ¡Treinta minutos!
 - ¿Qué?
- Nada Maruja, venga que te invito a café.
- ¡Qué café ni café Jacob, que tenemos al niño mu malo…! -Sollozaba saliendo delante del padre que la acompañaba con la mano en la espalda.

Tison, sentado en una silla verde a varios metros de la escena, observaba atento como interactuaban sus padres.

-¡Santiago, deja el Busto en su sitio! -Y el niño que se levanta dirección a la mesa para dejar el trofeo.
- ¿Cómo se llevan tus padres?
- Bien.
- ¡Desde luego parece que es tu padre quién manda!
- …
- ¿Por qué le pegas a la gente?
- Por qué se lo merecen.
- ¿Siempre?
- ¡No!
- ¿Y por qué pegas a quién no se lo merece?
- ¡Yo sólo quiero jugar!
- ¿Alguna pelea últimamente con tus amigos?
- ¡Qué amigos!
- ¡Algún amigo tendrás!
- ¡No!
- ¿Sabes para qué sirve un amigo?
- ¿¡¡Para nada!!?
- Para compartir el tiempo y contarse cosas. El otro día, una amiga mía me contaba que creía que había castigado a su hija de manera injusta, a ver qué te parece a ti. Una niña de tu edad, jugando en el descampado, se encontró un gatito herido, preocupada por ayudarlo, lo llevó corriendo a su casa para curarlo. Entre cura y cura lo acunaba, lo acariciaba, jugaba con él, incluso durmieron juntos. Cuando a los pocos días éste se recuperó, desapareció y nunca más se supo. Cuando Lola vio que "Regurjitos" no estaba, salió corriendo dirección, "a buscarlo donde estuviera" con tan mala suerte que con la coleta, le dio a un viejo jarrón y lo rompió.
- Es, injusto.
No había terminado de pronunciar "injusto" cuando de un salto se levantó de la silla y comenzó a simular que boxeaba dando pequeños brincos por toda la consulta y soltando directos al aire mientras repetía, "no siempre".
- ¿No siempre, qué?
- ¡No siempre, no siempre! - saltito a derechas, saltito a izquierdas, "uno-dos".
- Santiag…
- ¡Tison!
- ¡Tison! ¡No siempre qué!
- ¡No siempre, no siempre! - adelante, atrás, amago, crochet de izquierdas...
"Doctora Narváez, la madre de Santiago...
- ¡Tison! -Gritó.
- La madre de Santiago insiste en entrar".
- ¡Invítalos a café, Marta!
- No siempre manda.
- ¡Entiendo! ¿Tison, te gusta el boxeo?
- Sí.
- ¿Se lo has dicho a tus padres?
- No.
- ¿Por?
- Porque vale dinero. Han tenido que vender unas joyas para traerme aquí.
- Ya veo, ¿te gusta leer?
- Sí.
- ¿Estupendo, jugamos?
- ¡A qué!
- ¡A…
- "Doctora, el señor Pelayo ha llegado".
- Haga pasar a los padres de Sant…Tison.
- Enseguida.

- ¡Santiago hijo! – Maruja corriendo ostensiblemente nerviosa a proteger a su "cachorro".
- Señor Jacob, no será necesario que vuelvan…
- ¡Buff, buuuf, bufff, bufff…!
- …en unos días recibirán por escrito el diagnóstico y el tratamiento para que lo lean con atención.
- ¡Ay mi niño que "ya´sta curao"!
- Santiago no está enfermo, pueden irse tranquilos.
- Vamos hijo mío, que mal rato he pasado, que mal rato que mal rato que mal rato de verdad, ¡mira hijo, tranquilízate que vas a acabar con mis nervios! – "cacareaba" sin parar mientras salían por la puerta.
- ¡Jacob!
- ¿Sí, doctora?
- Dos cosas: tiene que evitar que su esposa ponga nervioso a Santiago.
- A pe…pesar de que lleva us…sted razón, hoy la culpa la tienen los d..dos cafés.
- Y dos, aquí le dejo la tarjeta de mi gimnasio, digan que van de mi parte y no les cobrarán nada.
- ¡Para hacer deporte que estoy yo ahora!
- ¡Jacob, apunte a su hijo a boxeo! y, de momento, no se preocupen por el dinero.
                                  .....

 El ruido de la puerta del vestuario, mezclado con el del público jaleando su nombre, hace reaccionar a un Santiago que, apoyado con las manos a cada lado del espejo, parecía estar en trance.
- ¿Estás listo Santi? ¡Tienes que salir!
- Tison. – susurró como quién está recordando algo. – Sí, estoy listo.
- ¿Hijo, estás bien?
- Perfectamente papá. – Dijo mientras comenzaba el baile de saltitos y directos al aire, avanzando ágil por el pasillo que le conduciría al cuadrilátero, donde habría de hostiarse por el campeonato del mundo de los pesos semi-pesados.

                                     .... 

Barcelona, 22 de agosto de 2012.

Consulta de la Doctora Susana Narváez:

Señores Jacob y Maruja, es tan evidente su preocupación y tan admirable su esfuerzo que voy a saltarme todos los protocolos con la intención de que comprendan la verdadera dimensión de lo que he observado en su hijo.

Santiago es un niño inteligente y tremendamente observador, que reacciona como sabe, a lo que sucede a su alrededor. Contesta coherentemente cuando está en calma y le gusta leer.
Tison es boxeador, nació boxeador y será boxeador, lo que sin lugar a dudas me admira, teniendo en cuenta la atención innata que muestra por situaciones que a su edad, le deberían pasar inadvertidas.

Jacob, espero ver a Tison en la clase de boxeo de mi gimnasio más pronto que tarde. Cómo le dije, no tienen que preocuparse por el dinero, tómeselo como una inversión que hago por lo que creo será una mente que hará grandes aportes en un futuro. 

Con la actividad física, Tison se cansará, entonces Santiago dejará de moverse y dar puñetazos al aire. Hablen con él, pregúntenle qué le gusta leer y proporciónenselo. 
Santiago tiene que leer dos libros al mes como condición para que pueda seguir boxeando, pero en ningún caso ha de intuirlo, déjenlos a su alrededor, los leerá, ya lo verán.

Un cordial saludo y hasta pronto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario